Un mes después que mi primera hija naciera en el año 2008 los Estados Unidos se encontraban en una de las más grandes recesiones después de que la burbuja inmobiliaria reventó y dejó a miles de personas sin hogares en pocos meses. Este ha sido una de los eventos financieros negativos más grandes después de la Gran Depresión y no era una excepción en mi hogar. Mi esposa y yo habíamos adquirido deudas cercanas a un millon de dolares en tan solo cuatro años de matrimonio. Recuerdo la alegría de ser padre por primera vez y también la gran incertidumbre que se respiraba en esos momentos en el país, ver como Lehman Brothers una de las compañías financieras más grandes del mundo se derrumbaba declarándose en bancarrota el 15 de septiembre de 2008 dejando a miles de empleados en la calle. Bancos desaparecieron o pasaron a ser propiedad de otros bancos más poderosos, para evitar que los usuarios perdieran su dinero. General Motors pidió múltiples ayudas al gobierno federal para no tener que declararse en bancarrota y que el país no entrará en un caos aún mayor.

En qué posición me encuentro

Después de ver todos los acontecimientos me puse en la tarea de saber en qué posición económica nos encontrábamos ese año. Si tú me hubieras conocido en aquel momento podrías deducir que todo estaba muy bien. Una esposa linda, una hija recién nacida, dueño de empresa, un carro de alta gama del año, una casa en Miami y un apartamento en Miami Beach. Pero lo importante no es cuánto tienes sino cuánto de lo que tienes es tuyo. Esto lo logras estimando que valor tienen tus activos menos el valor que tienes de préstamo y en mi caso era una deuda que casi alcanzaba el millón de dólares. Ahí entendí que todo lo que brilla no es oro y que tomar atajos para construir un futuro de humo tiene un precio grande el cual también puede salpicar a tu siguiente generación.

Tomar decisiones difíciles hace mi futuro más llevadero

A quien le gusta sentarse a tomar decisiones cuando hay mejores planes por hacer. Después de saber en la mala situación económica que nos encontrábamos tuve que hacer un alto para evitar que esta bola de nieve siguiera creciendo y nos atropellara dejándonos con heridas graves. Lo primero fue asumir la culpa por mis malas decisiones las cuales me puesto en esta situación. Después empecé a crear un plan detallado con fechas para salir de las deudas de tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios y de automóviles. Recuerdo que muchas de estas decisiones fueron muy duras para mí y mi esposa en particular entregar un automóvil de alta gama y comprar uno de baja gama. Fue una lucha mental en la cual pensábamos que íbamos para atrás pero en realidad estábamos empezando a diseñar nuestro estilo de vida.

Si puedo diseñar mi estilo de vida

Empezamos a soñar con un estilo de vida libre de deudas en el cual pudiéramos tener el control de nuestras vidas y nuestro tiempo para disfrutarla con nuestros hijos. Creímos que si trabajamos inteligentemente y seguíamos el plan trazado lo podíamos lograr. Reducimos gastos, aumentamos nuestros ingresos y empezamos ahorrar. Los resultados no llegaron de la noche a la mañana pero con el pasar del tiempo nuestra deudas iban reduciendo la esperanza aumentaba y cada día nos sentíamos con más ganas para llegar a la meta.

En conclusión, tú eres el ingeniero de tu vida y el único responsable de diseñarla. De no hacerlo, las situaciones, tu jefe, tu familia y el día a día te llevarán en un viaje sin destino. No esperes más para tomar esa decisión que va a marcar tu futuro y transformar tu estilo de vida para siempre.